viernes, 19 de julio de 2013

Viernes 05 de diciembre de 2008. laprovincia.es

Un revulsivo con ideas claras


VÍCTOR RASTRILLA - LAS PALMAS DE GRAN CANARIA. La mejor solución que ha tomado la UD Las Palmas, ante la irreversible situación de deterioro entre jugadores y entrenador, ha sido la de confiar el primer equipo a Javier Rodríguez Vidales. Eso lo afirman quienes conocen la metodología de trabajo del técnico asturiano y su forma de ver el fútbol.
Javier Vidales, de 43 años, no llegó lejos en el fútbol por una grave lesión de ligamentos de la rodilla. Sufrió, lloró y se levantó.
Tuvo la oportunidad de seguir vinculado a la actividad, que era su razón de ser. El Real Sporting de Gijón fue la escuela de la que salió como profesor y, tras años de experiencia en sus filiales y primer equipo, optó por arriesgar cuando inició una larga y aventurada gira que le ha llevado hasta Canarias. Primero al Playas de Jandía (2003-04), después al Vecindario (2004-05 y 2005-06), hasta que fue destituido en la octava jornada. Desde hace tres temporadas está en la UD Las Palmas como técnico y la pasada campaña formó tándem con Juanito, hasta que ambos fueron relevados por Juan Manuel Rodríguez. Ahora la situación es a la inversa, salvo que el gijonés es ahora el máximo responsable de la parcela técnica.
Vidales habla hasta por los codos y sabe quién es quién. Conoce a sus futbolistas y a los que no lo son. Sólo con nombrarlos, recita al momento sus características, sus virtudes y defectos.
Es incansable. Buscará trabajar cualquier punto psicológico que estime necesario con los futbolistas y, en este aspecto, va a extraer más rendimiento de algunos jugadores que no estaban bien, sobre todo porque va a utilizar un estilo que les va beneficiar, por sus métodos, trabajo diario y sistema táctico.
Sus ideas buscan un objetivo: la puerta contraria; ir hacia arriba, presionar lo más lejos posible de su portería, no dejar jugar. Para ello trata de mecanizar el juego, lo que contribuirá a que todos sepan en cada momento lo que hacer. Vidales dará a los entrenamientos dinamismo y rapidez para que luego se trasmita al partido. Como se entrena se juega.
La táctica y la estrategia se confeccionarán con esmero. No dejará nada al azar. Y no es que sea un inventor, pero siempre indaga en nuevas jugadas, los pros y los contras, para sacar el mejor rendimiento a cualquier balón en poder de sus jugadores.
Es un entrenador que estudia con detalle a sus contrarios y busca sus puntos débiles. No sólo conoce a los futbolistas, sino los planteamientos de los técnicos rivales. Las armas de sus contrincantes. No hay que olvidar que hasta ayer elaboraba los informes para el club.
EL DIÁLOGO COMO MÁXIMA. A Javier Vidales no le gusta improvisar. Todo lo hace por un motivo determinado y, dentro del vestuario le gusta las charlas, poner ejemplos de variada índole que termina por aplicar al fútbol y, de forma especial, explicar cada entrenamiento, el trabajo que se va a realizar para que todos sepan lo que hacer. Raro será el día en el que no tengan charlas en la caseta, de media y hasta de una hora.
Vidales se esfuerza para que cuando salga el equipo al campo sepa lo que tiene que hacer y eso hace, en el caso de los entrenamientos, que el trabajo sea dinámico. Así pretende que sean sus equipos: muchísima movilidad, ofreciéndose al compañero, moviéndose, desmarcándose y presionando cuando el balón no esté en poder de la UD.
"Al adversario lo va a volver loco", afirman quienes saben de sus métodos. Los agobia, los aburre para llegar a una premisa fundamental: tener la posesión del balón y plantarse en el área contraria con combinaciones. No le gusta el equipo que se mete atrás, el defensivo, y sí que mire la portería contraria.
De acuerdo con sus antecendentes en equipos canarios, seguramente empleará como sistema táctico una fórmula no lejana del 4-3-3, a veces con un hombre en punta menos, con el fin que la UD Las Palmas tenga más presencia física en ataque. Su idea es llegar al remate con tres o cuatro jugadores.
El aficionado agradecerá su gusto por el fútbol, aunque no de un día para otro. Ese trabajo requiere tiempo y paciencia.
LOS REPROCHES. Vidales, como todos los entrenadores, vivirá de los resultados y también tiene sus detractores. Se dice que habla mucho de su trabajo, hace excesiva propaganda y que le falta cierta discreción. Otro reproche es que gestiona mal los momentos de crisis, que a veces la presión le puede, y que puede trasmitir intranquilidad cuando es preciso todo lo contrario.
El tiempo le habrá hecho madurar en cosas en las que a lo mejor no acertaba. El paso de los años y estos últimos meses en los que no ha entrenado le deben haber permitido corregir.
Lo que no se discute es su capacidad de trabajo para ganarse a los futbolistas, incluso a los que jueguen menos. A la UD llega con otros conceptos de ver el fútbol. Los defensores del nuevo entrenador no dudan que el equipo amarillo irá hacia arriba.

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